Un fiduciario es un individuo o una organización que actúa legalmente en nombre de otra persona o grupo. La relación fiduciaria puede implicar la gestión financiera o asumir la responsabilidad por el bienestar de otra persona de alguna otra manera. Legalmente, se requiere que un fiduciario actúe en el mejor interés de su cliente y de una manera que sea beneficiosa para él. Este vínculo es uno de los más altos estándares legales de deber que una parte puede deberle a otra.
El contenido de estos artículos refleja mi propia experiencia y opiniones que de ninguna manera debe identificarse o asociarse con otros profesionales o entidades con las que colaboro.
El lector es totalmente responsable de sus decisiones de inversión. Antes de realizar cualquier tipo de inversión, analice los riesgos y, en caso de duda, consulte a un asesor de inversiones.
Si bien la mayoría de las personas asocian el término «fiduciario» con las finanzas, el deber fiduciario no siempre incluye la administración del dinero o la riqueza. Actuar como fiduciario es una función legal bastante común en una variedad de relaciones profesionales cotidianas. Algunos fiduciarios tienen la tarea de gestionar el bienestar, como las relaciones médico/paciente o tutor/alumno. Otras relaciones fiduciarias, como la de un asesor financiero y su cliente, están directamente relacionadas con la administración del dinero. De cualquier manera, estos fiduciarios son responsables de actuar en el mejor interés de sus clientes, tanto legal como éticamente. Un fiduciario no está sujeto a un estándar de perfección. Más bien, están obligados a demostrar que sus servicios y asesoramiento son razonablemente buenos y legalmente sólidos. En primer lugar, deben anteponer los intereses de sus clientes a los suyos propios. Además, están obligados a garantizar la divulgación completa de todos los hechos materiales, evitar conflictos de interés, preservar la confidencialidad y brindar el asesoramiento adecuado. Además, los deberes de un fiduciario pueden clasificarse como el «deber de cuidado» y el «deber de lealtad». El deber de cuidado es la responsabilidad moral y legal de prevenir el daño. Requiere que los fiduciarios tomen decisiones de buena fe y de manera relativamente prudente. Los asesores financieros, por ejemplo, solo deben tomar decisiones de inversión en su nombre después de tener en cuenta toda la información disponible para garantizar que su dinero se maneje de acuerdo con sus deseos. El deber de lealtad requiere que su asesor financiero actúe en su mejor interés en todo momento, incluso si hacerlo no es beneficioso para él. En el caso de los asesores financieros fiduciarios, por ejemplo, se les impide favorecer a un cliente sobre otro. Adicionalmente, deberán divulgar y evitar todo conflicto de interés, así como mantener en todo momento la confidencialidad de su información. Es importante tener en cuenta que no todos los asesores financieros son fiduciarios. Algunos operan bajo lo que se conoce como el estándar de idoneidad, que requiere que los corredores y asesores de inversiones recomienden inversiones que sean adecuadas para el cliente. Los asesores que mantienen el estándar de idoneidad deben tener una base razonable para sus recomendaciones. Deben basar sus decisiones en el perfil de inversión, la tolerancia al riesgo y el horizonte temporal de su cliente. Si bien sus recomendaciones y gestión no pueden considerarse inadecuadas para las necesidades de sus clientes, el estándar de idoneidad no requiere actuar en el mejor interés de sus clientes. Los asesores financieros fiduciarios construyen sus relaciones con los clientes sobre la base de la confianza y el deber legal de representar sus intereses. Cuando permite que alguien administre y brinde asesoramiento sobre algo tan vital como sus activos, la naturaleza legal y éticamente vinculante de la relación fiduciaria puede brindarle tranquilidad. Un asesor financiero fiduciario siempre debe actuar en su mejor interés, por lo que lo ayudará a maximizar sus ganancias de inversión, navegar por los principales eventos de la vida que afectan sus finanzas y brindarle toda la información relevante sobre sus finanzas. Si bien todas las inversiones implican riesgos, incluido el riesgo de que pueda perder dinero, trabajar con un fiduciario puede brindarle la confianza de que sus intereses están siendo atendidos. En la mayoría de los estados, los asesores financieros deben obtener una licencia para ser considerados fiduciarios. Hacerlo requiere cumplir con rigurosos estándares educativos y de experiencia y, a menudo, implica aprobar exámenes. Puede averiguar si un asesor financiero es un fiduciario verificando si está registrado como uno con el Comisión de Bolsa y Valores (CNMV)Tipos de relaciones fiduciarias
El deber de un fiduciario
Obligación de cuidar
Deber de lealtad
Deber fiduciario versus estándar de idoneidad
La importancia de contar con un asesor financiero fiduciario